miércoles, 9 de diciembre de 2009

Templo romano de Córdoba, por Ana Mª


La ciudad de Córdoba posee restos de un templo romano, descubierto en los años cincuenta, durante la ampliación del ayuntamiento. Por la zona ya se habían encontrado elementos arquitectónicos, como restos de columnas, los capiteles, etc... Todos eran de mármol, por eso la zona era conocida por marmolejos. Samuel de los Santos, entonces director del Museo Arqueológico, y Félix Hernández fueron los directores de la excavación, en 1951. La interpretación de los restos que se iban descubriendo fue realizada por Antonio García Bellido.

Se encuentra entre las calles Claudio Marcelo y Capitulares. No es el único pero es el más importante templo que tuvo la ciudad. Es pseudoperíptero, hexástilo y de orden corintio. Tiene 32 metros de largo y 16 metros de ancho. Se comenzó a construir durante el reinado del emperador Claudio (41-54 d.C) y finalizó cuarenta años después, durante el reinado de Domiciano (81-96 d.C). Se piensa que se dedicaba al culto imperial. En el siglo II sufrió algunas modificaciones.



El edificio estaba situado sobre un podium y estaba formado por 6 columnas en su fachada frontal y 10 en los laterales. Los restos que se han conservado son solo la cimentación, la escalera, el altar y algunos fustes y capiteles de columnas.


Pero lo que actualmente se ve es una reconstrucción llevada a cabo en los años cincuenta y sesenta. Pero lo que más destaca son los cimientos: los que sustentaban el edificio y los contrafuertes delanteros, dispuestos en forma de abanico y apoyados sobre un muro; así creaban un soporte para evitar que se desplazara. Está construido en mármol.

Esta sujeción, de nombre antérides, no era muy frecuente verla en el Imperio. Los antérides nos pueden ayudar a saber cómo de grande podía ser el templo, visible desde la Vía Augusta.

Además de las piezas de capiteles, se hallaron otras que fueron llevados al Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba para que se conservasen mejor, también algunos relieves, que se exponen; algunos de los fustes que se encontraron se pueden ver en la plaza de las Doblas.

El templo fue construido a lo largo del siglo I, sufrió algunas modificaciones en el siglo II, reformas que parecen coincidir con el cambio de ubicación del foro provincial que se traslada al entorno del actual Convento de Santa Ana. Los materiales que se emplearon fueron varios:

El material casi exclusivo fue el mármol, cuya calidad nos hacen pensar que su construcción fue llevada a cabo por unos artesanos altamente cualificados. El templo se situó en el límite de la Colonia Patricia. Las construcciones del interior del templo fueron destruidas al levantarse le templo, el terreno se allanó y se creó una terraza donde se dispuso una plaza en medio de la cual se situó el templo.


La plaza estaba cerrada en tres de sus lados: norte, sur y este; ¿cómo se sabe esto?, pues porque nos lo indican los restos que encontraron bajo el edificio situado en la esquina Claudio Marcelo con Diario Córdoba, mientras que la oeste quedaba abierta para conectar visualmente con el circo.

Aunque no existen documentos, la situación del templo ha llevado a los investigadores a identificarlo como parte del conjunto dedicado al culto imperial, o sea, a los emperadores divinizados.


El templo fue nombrado Bien de Interés Cultural, por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, el 29 de Mayo del año 2007.

A continuación podéis ver un vídeo de poco más de 1 min. de duración, pero que recoge el aspecto del actual templo romano de Córdoba.





















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