Los baños de Judería también reciben el nombre de Baños árabes de Santa María y se encuentran en la provincia de Córdoba. Es uno de los pocos ejemplos conservados en un tipo de edificio muy popular y abundante en la Córdoba musulmana. Se trataba de unos baños públicos que actualmente tiene uso de vivienda y comercial.
Su historia se remonta a comienzos del siglo XIII, tras la conquista de la ciudad por Fernando III. El origen del nombre viene dado por la proximidad de los mismos a la Catedral de Córdoba, y además por pertenecer a la collación de Santa María. Este no es el único ejemplar de baños árabes sino que también se conocen algunos como los Baños de Santa Catalina, que aún siendo baños de origen árabe, se adoptaron al cristianismo, también debido a la proximidad con el convento del mismo nombre.
Gracias al espíritu conservador de los distintos propietarios, ha podido llegar hasta nosotros esta joya del arte califal, testigo de la que fue la mayor época de esplendor de esta ciudad. Antiguamente, la calle por la que se accedia era la llamada Calle del Baño, que actualmente se llama Velázquez Bosco y la fachada daba a las calles de Céspedes y a esta última que hemos nombrado. Estos baños han sufrido muchas restauraciones y transformaciones, hasta ser como hemos dicho antes, una vivienda hoy en día, es más, el baño es privado, aunque el propietario lo abra al turismo.
En su interior nos encontramos una sala cuadragunlar, en la que no tiene muy grandes proporciones, esta era la Sala de Agua Templada (hayt al-wastâni). Era una estancia abovedada con lucernas, en cuyo centro se hallaría un pequeño estanque para el baño, que tras la reforma en el siglo XVIII, fue tapiado y las cubiertas destruidas y arrasadas para transformarlo en lo que es, un patio de luz. A las ocho columnas que sostienen los muros, habría que sumarle las que faltan en los dos lados menores y que conforman dos arcos de herradura con una cuerda muy larga. Las columnas son de fuste liso, y los capiteles de avispero, que son de la época califal, sobre estos se alzan los arcos de herradura, hoy estuncados y policromados a imitación de las dovelas.
Al fondo del patio hay una pequeña puerta que nos lleva a una alargada sala o estancia de más de 10 metros de longitud. Cubierta por una bóveda de cañon de sillería y perforada por lucernas rectangulares, se trata de la Sala de Agua Caliente (bayt al-sajun). Finalmente al frente se hallan tres accesos, tapiados los dos de los extremos, mientras que el central da paso a una galería abovedada, que nos lleva a un aljibe.
A continuación y para finalizar, le vamos a ofrecer un enlace con información sobre estos baños.
Su historia se remonta a comienzos del siglo XIII, tras la conquista de la ciudad por Fernando III. El origen del nombre viene dado por la proximidad de los mismos a la Catedral de Córdoba, y además por pertenecer a la collación de Santa María. Este no es el único ejemplar de baños árabes sino que también se conocen algunos como los Baños de Santa Catalina, que aún siendo baños de origen árabe, se adoptaron al cristianismo, también debido a la proximidad con el convento del mismo nombre.
Gracias al espíritu conservador de los distintos propietarios, ha podido llegar hasta nosotros esta joya del arte califal, testigo de la que fue la mayor época de esplendor de esta ciudad. Antiguamente, la calle por la que se accedia era la llamada Calle del Baño, que actualmente se llama Velázquez Bosco y la fachada daba a las calles de Céspedes y a esta última que hemos nombrado. Estos baños han sufrido muchas restauraciones y transformaciones, hasta ser como hemos dicho antes, una vivienda hoy en día, es más, el baño es privado, aunque el propietario lo abra al turismo.
En su interior nos encontramos una sala cuadragunlar, en la que no tiene muy grandes proporciones, esta era la Sala de Agua Templada (hayt al-wastâni). Era una estancia abovedada con lucernas, en cuyo centro se hallaría un pequeño estanque para el baño, que tras la reforma en el siglo XVIII, fue tapiado y las cubiertas destruidas y arrasadas para transformarlo en lo que es, un patio de luz. A las ocho columnas que sostienen los muros, habría que sumarle las que faltan en los dos lados menores y que conforman dos arcos de herradura con una cuerda muy larga. Las columnas son de fuste liso, y los capiteles de avispero, que son de la época califal, sobre estos se alzan los arcos de herradura, hoy estuncados y policromados a imitación de las dovelas.
Al fondo del patio hay una pequeña puerta que nos lleva a una alargada sala o estancia de más de 10 metros de longitud. Cubierta por una bóveda de cañon de sillería y perforada por lucernas rectangulares, se trata de la Sala de Agua Caliente (bayt al-sajun). Finalmente al frente se hallan tres accesos, tapiados los dos de los extremos, mientras que el central da paso a una galería abovedada, que nos lleva a un aljibe.
A continuación y para finalizar, le vamos a ofrecer un enlace con información sobre estos baños.
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