La plaza de toros de Ronda está reconocida como una de la más antiguas de España y una de las más monumentales que existen.
Ronda se considera una de las cunas de la tauromaquia moderna, surgida en el siglo XVIII, en una ciudad donde se conservaba muy viva la tradición de la caballería.
Las necesidades de defensa del territorio hicieron que Felipe II fundase en 1.572 La Real Maestranza de Caballería de Ronda, para que se mantuviese el necesario manejo de los caballos. Para ello este cuerpo dedicó un espacio de la ciudad para los ejercicios ecuestres, entre los cuales, como es tradicional en España desde la Edad Media se incluyeron los juegos de destreza con toros.
El auge del toreo llevó a la Real Maestranza de Caballería de Ronda a erigir su famosa plaza, obra que se atribuye a Martín de Aldehuela, el mismo arquitecto del grandioso Puente Nuevo sobre el Tajo de Ronda.
La construcción de la plaza duró seis años, y fue inaugurada en 1785 con una corrida de toros en la que actuó Pedro Romero.
Concebida en piedra arenisca con un esquema monumental, la nobleza de su traza arquitectónica, con su doble galería de arcadas y la ausencia de tendidos al descubierto, tiene más espíritu de claustro que de recinto para espectáculos, y recuerda al patio circular del famoso palacio de Carlos V en la Alhambra de Granada.
En el periodo de construcción se pudieron celebrar corridas de toros, como la anunciada el 11 de mayo de 1.784, donde ocurrió un desgraciado accidente, cuando un soldado movió una de las columnas que provocó el derrumbe de una gran parte de la obra, ocasionando 12 heridos graves y 10 muertos.
La fábrica fue a base de piedra extraída de la cantera de Ronda situada en el Arroyo del Toro (interesante coincidencia) y madera de pinsapo de la Serranía rondeña (singular y única). Su estilo es neoclásico. El aforo es de unos 6.000 espectadores.
A finales del siglo pasado presentaba un acusado deterioro y se atajaron los desperfectos con algunas reformas; con posterioridad, la Real Maestranza de Caballería de Ronda, ha llevado a cabo una perfecta obra de conservación y adaptación que, sin abandonar su primitivo diseño, es apta para la celebración de espectáculos en la actualidad, evitando riesgos de envejecimiento y presentando un admirable aspecto de presentación y seguridad.
Sus dos figuras fundamentales fueron Cayetano Ordóñez (1904-1961) y su hijo Antonio Ordóñez (1932-1998), que despertaron por su manera de concebir el toreo.
Fueron los Ordóñez los que inauguraron en 1954 la, corrida goyesca de Ronda con motivo de la celebración del II Centenario del nacimiento de Pedro Romero. Desde entonces se han convertido en una de las citas más llamativas del calendario taurino, además de constituir un acontecimiento social.
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