La primitiva Ermita de Santiago, fue cedida en 1564 a la Compañía de Jesús que levantó a su lado un Colegio, hoy Seminario de San Bartolomé, el conjunto arquitectónico sólo se conserva el templo, ya que la casa con patio de columnas de mármol fue derribada para reedificarla como Seminario Conciliar. Destruida en el asalto y saqueo de Cádiz por el Conde de Essex, en 1596, fue reconstruida en la forma actual.
De planta de cruz latina, con nave central muy amplia y naves laterales formadas por pequeñas capillas, sobre las cuales se instalan celosías ( enrejado que se pone en las ventanas para ver sin ser visto ) desde las cuales la comunidad puede asisitir a los oficios. Su crucero se cubre con cúpula sobre pechinas. La obra fue finalizada hacia el año 1647 y es obra del jesuita Alonso Romero. Las fachadas están decoradas con pilastras pareadas del orden jónico, podemos observar la estructura articulada por pilastras toscanas y entre ellas vanos, hornacinas y dos portadas: la principal, de mármol genovés, y la portada lateral del siglo XVIII que se abre a la Plaza de la Catedral. Posee una torre de dos cuerpos, el segundo con planta octogonal y cubierta de chapitel.
El interior presenta planta de cruz latina inscrita en un rectángulo con tres naves. Sobre las naves laterales se disponen tribunas que se abren a la nave mayor por medio de arcos de medio punto. Las cubiertas son de bóvedas vaidas y sobre el crucero una cúpula semiesférica sobre pechinas y rematada con linterna. El retablo del Altar Mayor, de mediados del siglo XVII, con sus dos grandes columnas salomónicas y los frontones curvos y partidos, es obra de Alejandro Saavedra.
Las imágenes que componen el retablo y que se encuadran dentro de la escuela sevillana del siglo XVII, son ; Santiago el Mayor, patrón del templo, a caballo. A ambos lados están María de Zebedeo, madre de Santiago, y Santa Ana, madre de la Virgen María. Junto a la hornacina central del retablo están, a la derecha, San Joaquín con la Virgen Niña y a la izquierda, San José con el Niño Jesús. Un crucificado remata el ático.
En la hornacina central se encuentra la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, del siglo XX. Esta hornacina, o camarín central de rocalla, fue realizado en la segunda mitad del siglo XVIII y en él estuvo la imagen de la Inmaculada que hoy está en un altar lateral.
En las esquinas del presbiterio con el crucero hay cuatro ángeles lampareros, obra vinculable a Duque Cornejo, siglo XVIII. En el retablo frontal de la nave derecha está el Cristo de la Salud o de los Milagros, del siglo XVII. Debajo un busto del Ecce Homo. En el retablo frontal de la nave izquierda, dedicado a San Pedro, hay en la hornacina central la Inmaculada que estuvo en el Altar Mayor. Es de escuela sevillana del siglo XVII. Sobre estos retablos hay dos cuadros: San Pedro en el retablo de la izquierda y San Andrés en el de la derecha.
Los retablos laterales del crucero son de escuela sevillana de finales del siglo XVII, obra de Juan González de Herrera. El de la izquierda está dedicado a San Ignacio de Loyola (imagen central). Le acompañan, arriba, San Francisco de Borja y a los lados los jóvenes jesuítas San Luís Gonzaga (izquierda) y San Estanislao de Kostka (derecha).
El de la derecha está dedicado a San Francisco Javier (centro) y los tres mártires jesuítas japoneses, muertos en 1597 ; San Pablo Miki (arriba), San Diego Kisai (izquierda) y San Juan de Goto (derecha).
Las imágenes de estos retablos son de finales del siglo XVII, y de escuela sevillana, pero las de San Luis y San Estanislao posiblemente son de escuela genovesa.
En la nave central es notable la celosía rocalla de las tribunas del siglo XVIII y hacen juego con las cuatro tribunas de rocalla del presbiterio.
El púlpito, del siglo XVIII, es italiano, de mármol y taracea ( es una técnica artesanal aplicada al revestimento de pavimentos, paredes, muebles, esculturas... ) con tornavoz y escalera tallados con relieves de la Santísima Trinidad. Frente al púlpito se encuentra un lienzo, del siglo XVI, representando a la Santísima Trinidad, en el cual se puede observar cómo fue acuchillado durante el asalto de los ingleses en 1596.
En las repisas de los pilares hay varias tallas pequeñas: de San Francisco Javier, de Santo Tomás de Aquino, de la Virgen del Pilar apareciéndose a Santiago y de San Rafael Arcángel con Tobías.
Entrando en la iglesia, a la izquierda, se encuentra en su capilla el grupo escultórico de la cofradía de la Piedad. El genovés Francisco María Maggio, talló el crucificado en 1754.
De planta de cruz latina, con nave central muy amplia y naves laterales formadas por pequeñas capillas, sobre las cuales se instalan celosías ( enrejado que se pone en las ventanas para ver sin ser visto ) desde las cuales la comunidad puede asisitir a los oficios. Su crucero se cubre con cúpula sobre pechinas. La obra fue finalizada hacia el año 1647 y es obra del jesuita Alonso Romero. Las fachadas están decoradas con pilastras pareadas del orden jónico, podemos observar la estructura articulada por pilastras toscanas y entre ellas vanos, hornacinas y dos portadas: la principal, de mármol genovés, y la portada lateral del siglo XVIII que se abre a la Plaza de la Catedral. Posee una torre de dos cuerpos, el segundo con planta octogonal y cubierta de chapitel.
El interior presenta planta de cruz latina inscrita en un rectángulo con tres naves. Sobre las naves laterales se disponen tribunas que se abren a la nave mayor por medio de arcos de medio punto. Las cubiertas son de bóvedas vaidas y sobre el crucero una cúpula semiesférica sobre pechinas y rematada con linterna. El retablo del Altar Mayor, de mediados del siglo XVII, con sus dos grandes columnas salomónicas y los frontones curvos y partidos, es obra de Alejandro Saavedra.
Las imágenes que componen el retablo y que se encuadran dentro de la escuela sevillana del siglo XVII, son ; Santiago el Mayor, patrón del templo, a caballo. A ambos lados están María de Zebedeo, madre de Santiago, y Santa Ana, madre de la Virgen María. Junto a la hornacina central del retablo están, a la derecha, San Joaquín con la Virgen Niña y a la izquierda, San José con el Niño Jesús. Un crucificado remata el ático.
En la hornacina central se encuentra la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, del siglo XX. Esta hornacina, o camarín central de rocalla, fue realizado en la segunda mitad del siglo XVIII y en él estuvo la imagen de la Inmaculada que hoy está en un altar lateral.
En las esquinas del presbiterio con el crucero hay cuatro ángeles lampareros, obra vinculable a Duque Cornejo, siglo XVIII. En el retablo frontal de la nave derecha está el Cristo de la Salud o de los Milagros, del siglo XVII. Debajo un busto del Ecce Homo. En el retablo frontal de la nave izquierda, dedicado a San Pedro, hay en la hornacina central la Inmaculada que estuvo en el Altar Mayor. Es de escuela sevillana del siglo XVII. Sobre estos retablos hay dos cuadros: San Pedro en el retablo de la izquierda y San Andrés en el de la derecha.
Los retablos laterales del crucero son de escuela sevillana de finales del siglo XVII, obra de Juan González de Herrera. El de la izquierda está dedicado a San Ignacio de Loyola (imagen central). Le acompañan, arriba, San Francisco de Borja y a los lados los jóvenes jesuítas San Luís Gonzaga (izquierda) y San Estanislao de Kostka (derecha).
El de la derecha está dedicado a San Francisco Javier (centro) y los tres mártires jesuítas japoneses, muertos en 1597 ; San Pablo Miki (arriba), San Diego Kisai (izquierda) y San Juan de Goto (derecha).
Las imágenes de estos retablos son de finales del siglo XVII, y de escuela sevillana, pero las de San Luis y San Estanislao posiblemente son de escuela genovesa.
En la nave central es notable la celosía rocalla de las tribunas del siglo XVIII y hacen juego con las cuatro tribunas de rocalla del presbiterio.
El púlpito, del siglo XVIII, es italiano, de mármol y taracea ( es una técnica artesanal aplicada al revestimento de pavimentos, paredes, muebles, esculturas... ) con tornavoz y escalera tallados con relieves de la Santísima Trinidad. Frente al púlpito se encuentra un lienzo, del siglo XVI, representando a la Santísima Trinidad, en el cual se puede observar cómo fue acuchillado durante el asalto de los ingleses en 1596.
En las repisas de los pilares hay varias tallas pequeñas: de San Francisco Javier, de Santo Tomás de Aquino, de la Virgen del Pilar apareciéndose a Santiago y de San Rafael Arcángel con Tobías.
Entrando en la iglesia, a la izquierda, se encuentra en su capilla el grupo escultórico de la cofradía de la Piedad. El genovés Francisco María Maggio, talló el crucificado en 1754.
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