El Santuario de Nuestra Señora de La Cinta, también conocido como "Ermita de la Cinta" o "Santuario de la Cinta", está en Huelva.
Esta ermita es la sede de la patrona de la ciudad. Está situada en el cabezo de El Conquero, a pesar de encontrarse en la actualidad dentro de la ciudad es uno de sus lugares más mágicos de la urbe. Tanto la hermandad como las imágenes aparecen relacionadas con la llegada en el siglo XV a Huelva de Cristóbal Colón tras su primera partida hacia América. Se sabe que cumpliendo una promesa, el navegante peregrinó al santuario para agradecer los favores concedidos durante su travesía. Aquí vemos una imagen en pintura de Cristóbal Colón realizada por Alejo Fernández.
El santuario está dedicado a la Virgen de la Cinta, también conocida como "La Virgen Chiquita" que, a su vez es la patrona de la ciudad. Su imagen aparece como mural en la capilla central. Se trata de una pintura al fresco con repintes de temple al huevo y pan de oro. En ella se puede encontrar a la Virgen sentada, con su mano derecha mientras soporta en el regazo al niño sentado. Con la izquierda presenta una granada entreabierta. El niño aparece desnudo, aunque calzado con pequeños patucos. En la capilla derecha se sitúa la imagen procesional.
Es una escultura de madera policromada datada hacia el año 1760 obra de Benito Hita del Castillo. La virgen aparecen con el niño, que con sus manos sostiene una granada. En su indumentaria presenta una túnica con adornos de flores, ajustada por un cíngulo dorado. Se cubre con un manto de idénticos adornos. El Niño, desnudo y calzado, porta en sus manos la cinta dorada. Su origen se remonta al siglo XVIII, aunque la antigüedad tanto de la devoción popular como de la Hermandad arranca del siglo XV, justo en los años anteriores al Descubrimiento de América. En la actualidad procesiona en los meses de agosto y septiembre entre el santuario, La Concepción y la Catedral de La Merced de Huelva.
Sirviendo de entrada porticada al recinto se encuentra el "Patio Claustral Obispo González Moralejo", construido en el año 1901, este patio blanco está formado por arcos de medio punto en los laterales. Son interesantes en este lugar tanto las diferentes placas conmemorativas como la lápida funeraria de la Familia Garrocho que fue trasladada al lugar tras el derribo de la antigua Iglesia de San Francisco. También es destacable el solado por utilizarse como fábrica las antiguas lápidas del anterior camposanto de la ciudad y por el hecho de ser visibles algunos de los grabados de éstas.
El edificio en sí es una construcción de estilo gótico-mudéjar del siglo XV, aunque desde entonces ha sufrido sucesivas tranformaciones. Se accede a éste por medio del patio y un segundo piso, del siglo XVIII. En este segundo piso se encuentra la hospedería. En la galería este se encuentra la galería principal, rematada por una espadaña, y formada por tres puertas del siglo XVI, enmarcadas por arcos apuntados de ladrillo, encuadrados en alfiz.
El interior de la ermita es de planta rectangular con una nave principal y dos laterales separadas por tres arcos apuntados sobre semicolumnas coronadas por capiteles lisos cúbicos de ángulos rebajados. La nave principal se encuentra rematada por un ábside y una bóveda apuntada de estilo barroco y en sus laterales dos pequeñas capillas. En la central se encuentra el pequeño coro, que es del siglo XVIII.
También destacan una serie de azulejos realizados por Daniel Zuloaga en 1920 y que relatan diversas historias marianas y de marinería.
Es asimismo importante que a lo largo de cuatro vidrieras se relata una leyenda mariana en la que la intercesión de la Virgen de la Cinta da la libertad a un marinero onubense y posibilita la conversión de un musulmán.
En el año 1955 se acometió una importante reforma del templo (patio, espadaña, verjas, capillas laterales...) que fueron sufragadas por el torero Miguel Báez Espuny "El Litri" y el Gobierno Civil bajo la dirección del arquitecto Juan Miguel Rodríguez Cordero. Ya en 2007 el pintor José María Franco agregó unas pinturas al ábside con motivos marianos y marineros como sustición de los anteriores, obras del mismo autor, seriamente dañadas e irrecuperables.
Con el crecimiento de Huelva la ciudad ha ido acercándose a la zona de la ermita (el populoso barrio de La Orden) por lo que ya todo el recinto se encuentra dentro del núcleo urbano. En él se encuentran diversos edificios religiosos que tienen como centro la ermita. En el centro se encuentra la "Plaza de los Capellanes" con rosa de los vientos en el centro y un mirador orientado a la ría de Huelva desde el que se puede observar además parte del puerto, el Odiel y los cabezos de la ciudad. En los jardines se encuentra un pequeño monumento dedicado a la Virgen Chiquita, con una imagen en bronce de la misma, obra de Antonio León Ortega de 1977.
Más abajo, a los pies del cabezo, existe un pequeño humilladero construido sobre una ermita que destruyeron los árabes. Dicha ermita fue levantada por un zapatero al que "milagrosamente" se le curaron sus dolores al encomendarse a la Virgen.
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