El antiguo Palacio de Montana, actualmente es conocido como Palacio de los Domecq. Se localiza en Jerez y su tipología es burguesa. A espaldas de este palacio se encuentra levantado un Monumento al Marqués de Casa Domecq. El palacio fue diseñado por el maestro barroco sevillano Antonio Matías de Figueroa, finalizando su construcción en 1778.
El Marqués de Montana habitó el Palacio tan sólo durante siete años, pues falleció en 1785, cediéndo su esposa su propiedad y el resto de sus bienes al Cabildo Colegial.
Con la desamortización de Mendizábal pasa a manos privadas en principio quedando finalmente sin dueño hasta ser adquirido por Juan Pedro Domecq Lembeye, heredándolo su hijo Juan Pedro de Aladro Domecq y tras su muerte su viuda lo vende a los hermanos Domecq Núñez de Villavicencio por una renta vitalicia.
El plano con la demarcación del lugar que debía ocupar fue realizado por el arquitecto local Pedro de Cos que lo situa en el antiguo llano de San Sebastián, vacío urbano existente hasta el siglo XVIII entre los conventos de San Juan de Dios y Santo Domingo.
El edificio se sitúa de forma exenta y presenta una planta prácticamente cuadrada, disponiéndose interiormente de forma casi simétrica. Su composición volumétrica es clara, prácticamente paralelepípeda, mostrando al exterior su disposición en dos plantas diferenciadas por sendos tipos de huecos y delimitadas mediante cornisas. A continuación el sobrado, de menor altura y en el que se abren huecos rematados con rejas.
La fachada principal se compone con balcones de plantas muy movidas con tejaroces y guardapolvos de pizarra, destacando la portada principal por su composición y su porte.
La distribución interior se desarrolla en torno a un patio de planta cuadrada al fondo del cual se sitúa una escalera imperial. El resto de las dependencias se ubican en las crujías perimetrales.
La distribución interior se desarrolla en torno a un patio de planta cuadrada al fondo del cual se sitúa una escalera imperial. El resto de las dependencias se ubican en las crujías perimetrales.
Interiormente hay que hacer mención a su elegante patio central, planteado como elemento fundamental de recepción y distribuidor de la vivienda; con su galería de planta baja a base de arcos finamente decorados sobre columnas toscanas de mármol rosa italiano. El segundo cuerpo del patio, inicialmente también tratado con arquería abierta, fue posteriormente cerrado y dotado de balcones. La escalera se crea asimismo con mármol rosa, con triple arcada sobre grupo de cuatro columnas, con doble acceso de subida a la planta principal, dejando en el centro un paso para la jardín posterior.
En la actualidad el edificio patrimonial se conserva como sede de reuniones y sitio para hacer referencia a acontecimientos importantes internacionales.
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