Después de la Reconquista de Marbella, el 11 de Junio del año 1485, por el rey Fernando el Católico, después de una suave batalla epistolar, y al igual que en otros lugares reconquistados, se procedió a sacralizar las mezquitas. En orden a la veneración que los Reyes Católicos sentían por el Misterio de la Encarnación de la Virgen María, la nueva iglesia fue puesta bajo esa advocación.
En 1505, el arzobispo don Diego Deza se erigió canónicamente y el 5 de Enero de 1510 se constituyó en cabecera de vicaría episcopal. Contaba con un gran retablo realizado por Juan Repullo, mandado hacer por el obispo don Luis García de Haro y que costó 25 escudos.
En el año 1618 el obispo don Luis Fernández de Córdoba, probablemente construyó la torre-campanario, una lápida con su escudo heráldico, que estaba adosada al mismo, hoy en la fachada que da a la plaza de la Iglesia, así lo recuerda: «CORDUBA QUEM GENUIT MALACAE DAT AETHERE PRAESUL. CONSTRUXIT SUPOR HOC LUDOVICUS OPUS ANNO MDCXVIII» (Córdoba que lo engendró, lo da a Málaga. El obispo Ludovico construyó esta torre sobre este lugar, en el año 1618).
Portada de la Iglesia.
En 1720 se reparó el tejado, pero a pesar de las reformas y arreglos, su mal estado, y la necesidad de contar con más espacio, llegaron a la necesidad de construir un nuevo edificio. Así, entre 1750 y 1755, y bajo el mandato del obispo don Juan de Eulate y Santa Cruz, se iniciaron los trabajos. También se menciona en su construcción al cantero Antonio de Santos y los carpinteros Pedro del Castillo y Salvador Gálvez.
En 1762 ya se habían terminado las obras y en 1767 se procedió a la inauguración de la nueva iglesia, con la colocación del Stmo. Sacramento. Pero, a pesar del interés, la calidad de las obras fue muy mediocre, puesto que al poco tiempo se constata la ruina de las bóvedas, la caída de la torre, al menos en su parte alta, y la falta de enlosado.
La iglesia es un edificio de planta basilical, que cuenta de tres naves, la central más ancha y más alta que las naves laterales.
Interior de la Iglesia.
En el exterior destacan, la torre de cuatro cuerpos, de unos 50 metros de altura, rematada con un capitel piramidal, y una veleta en forma de ángel, que representa la Fe. Y la puerta principal, que está labrada en piedra de ocre, es de estilo rococó.
La Iglesia de Santa María de la Encarnación está catalogada como bien patrimonial por su amplia historia, la multitud de artistas que ha trabajado en ella, y lo espléndidas que son sus dependencias interiores y exteriores.
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